miércoles, 18 de agosto de 2010

Campamento con la banda

Luego de un sábado laboral para algunos (incluyéndome) y de otras obligaciones para otros, el domingo al mediodía partimos para La Milonga, dispuestos a pasar un lindo fin de semana en la isla.

Ese primer día fue de mucho esparcimiento, asado (terrible asado!), algunas cervezas, y muchas risas. Como dicen que una imagen vale más que mil palabras, vamos a dejar que una foto haga mi trabajo:


De izquierda a derecha, y de arriba hacia abajo: Facu, Juancho, Manu, Yo (Nico), Seba (chinchulín en mano), Maurito, y Patón. Abajo de todo, Manolo (el beagle).

La pesca comenzó recién al atardecer, con mucho amarillos pequeños, y algún que otro pique errado de dorados. Por la noche, cenamos un delicioso risotto, cortesía de nuestro chef Juancho, y luego disfrutamos un gran fogón.

El clima fue muy benigno con nosotros, ya que el fuerte viento norte que había estado molestando durante el día desapareció por completo, dejándonos disfrutar de una noche estrellada, con una temperatura agradable.

Ya entrada la madrugada, algunos de los chicos hicieron una pequeña flotada de pesca hasta la primer laguna, sin grandes resultados tampoco.

El Lunes nos encontró sin demasiado para comer: papas, cebollas, y un pimiento era todo lo que quedaba para el almuerzo. Teniendo una sartén y aceite en cantidad, no era que nos fuéramos a morir de hambre, pero pintaba flojo, así que rearmamos las cañas y nos dedicamos a pescar.

A mojarrear, algunos, y otros a buscar algo mas grande. El saldo final fue un exquisito almuerzo, de pescado frito, papas fritas,y aros de cebolla fritos. El hígado, bien gracias. Pero, estaba para chuparse los dedos.

El resto del día lo pasamos entre mates y mas pesca, hasta que finalmente desarmamos campamento, y volvimos ya cayendo el sol, y con un río planchado.

La curiosidad de la jornada de pesca se dio con un cachorro atigrado de aproximadamente un kilo y medio, que se paseaba por una zona playa, yendo y viniendo. En un principio creí que se trataba de un pez atontado por el frío, dado que esto se ve mucho en las últimas semanas, a causa del frío. Pero después de verlo pasar dos veces, mientras mojarreaba, se me ocurrió levantarlo con un copo, de mango muy largo, que estábamos usando para capturar sabalitos en las barrancas.

En cuanto entró en la red, comenzó a mostrar toda su fuerza, convenciéndome de que no era ningún pez moribundo. La cara de felicidad la generó mas la forma de atraparlo, que el porte del pequeño cachorro:


Para ver mas fotos, click acá !    : : Pescarosario.com : :


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1 comentario:

  1. El domingo fui a comer un asado al club de pesca y en la zona entre el muelle nuevo y la costa donde el sol pegaba en el agua observe lo mismo pero eran doradillos y unos 40 salmones de rio de los que anduvieron saliendo en el verano

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